“Esta es la historia de un hombre, de una casa, y del aspecto del uno y de la otra que los hicieron inconfundibles. También es la historia de un pueblo del Maresme, Caldetes, que con una características climáticas y geográficas únicas se convirtieron en el S. XIX en una icónica ubicación de la costa Mediterránea, y en un punto de encuentro de buena parte de la burguesía industrial barcelonesa que encontró, en este sitio, el ambiente idílico de una bonita población marinera donde echar raíces.
Corría el año 1908 cuando un ingeniero catalán, Isidro Abelló, se decidió a construir una casa familiar en la población de Caldetes. Las aguas termales, la calidad del clima, el trato acogedor de sus gentes y la oportunidad de gozar de la playa, el aroma a mar y la vida de un pueblo de pescadores le enamoraron. El aspecto de Isidre Abelló, alto, delgado y con una larga y frondosa barba sorprendió al vecindario que empezó a hablar de el como “el hombre de las Barbas”. La casa, amplia y de estilo rompedor (como era el Modernismo catalán de la época), también supuso un hecho innovador que sorprendió y gustó a los habitantes del pueblo.
Durante la maldita Guerra Civil, algunas de las casas más señoriales del pueblo, casi todas ubicadas en el paseo marítimo, asumieron roles políticos convirtiéndose en consulados y embajadas temporales. este fue el caso de países como Francia, Reino Unido, Costa Rica, Argentina, México, Dinamarca o Suiza entre muchos otros y que encontraron en algunas de las casas de los burgueses de Barcelona, un espacio de representación.
En la casa Abelló, en el inicio del paseo marítimo y donde siguió viviendo " El hombre de las barbas" y su familia, la vida continuó con todas las dificultades de un contexto incierto, y el Sr. Abelló se desplazaba cada día para acudir al trabajo sin dejar, en ningún momento, de asumir las responsabilidades que se requieren de un empresario de su alto nivel.
El "señor de las barbas" administraba una consolidada empresa industrial y estratégica y durante toda la Guerra Civil trabajó con tesón para mantener los puestos de trabajo, mientras velaba por la integridad de todos ellos, en un contexto nada afín ni amable.
Con los años y debido a su belleza y personalidad, la casa Abelló se convirtió en una parte indisociable del paseo marítimo del pueblo. Su ubicación en primera línea de mar y con un enorme salón con elegantes molduras de madera y vidrieras, que son una ventana abierta al Mediterráneo, hacen las delicias de los que a día de hoy acuden a disfrutarla. En su interior, un tranquilo y amplio jardín invita a pasar horas de relax, juegos y tertulias al fresco.
Con una fachada inconfundible de este rincón del Maresme, la casa Abelló es una de las más icónicas del paseo marítimo de Caldes, donde se ofrecen 6 apartamentos completamente equipados que preservan la tranquilidad, comodidad y el placer de sus huéspedes.
Curiosamente, la casa es conocida con un nombre que, con los años, los mismos habitantes del pueblo popularizaron manteniendo el recuerdo y el espíritu de su creador.
Bienvenidos a “La casa de las Barbas”
Puedes elegir entre 2 y 3 habitaciones y vista al mar o jardín, además tendrás tu cocina completamente equipada y un espacio de comedor y salón. También tienes 2 baños en los apartamentos. Completan la dotación con WIFI gratuito, Tv de pantalla plana, climatización tanto de invierno como de verano. Los apartamentos se entregan con juego de cama y toallas, además de una dotación de Amenities.
Loa apartamentos se localizan en PASSEIG dels ANGLESOS, 2 de CALDES D´ESTRAC, en primera línea de playa. Además de la playa DELS TRES MICOS, puedes acceder a las playas de SANT VICENÇ DE MONTAL a 400 metros y la playa DE LA RIERA a 300 metros. El aeropuerto de Barcelona se encuentra a 40 km y el de GIRONA a 65 km.
Además, el tren de cercanías tiene estación a 1 minuto de la casa y te deja en el centro de Barcelona (Plaza Cataluña) en tan solo 40 minutos.